Con motivo de la conmemoración del 78 aniversario de la unión de Falange Española y las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) en una sola agrupación política, el jefe nacional de FE de las JONS, Norberto Pico, propuso desde Valladolid, el pasado día 3 de marzo, en el mismo entorno cultural en el que ambas formaciones políticas comenzaran su andadura juntas hace casi ocho décadas, «una auténtica revolución», basada, matizaba, «en el cambio de la organización territorial del Estado, el cambio del modelo económico y el cambio en el patrón de representación política».
El jefe nacional basó su discurso en la crítica exhaustiva a los primeros días del nuevo gobierno del PP, dirigido por Mariano Rajoy, y en la pérdida de valores y deshumanización de la sociedad, santo y seña de una política liberal-capitalista e individualista. Denunció «la desnudez de los trabajadores frente a la arbitrariedad de los empresarios sin escrúpulos», e ironizó sobre un hecho más insólito si cabe, «la actitud de buena parte de los trabajadores españoles, que han aceptado de buen grado, casi de forma masoquista, los recortes de los derechos aprobados por el Partido Popular»; asegurando que se trata, «de una especie de síndrome de Estocolmo o síndrome de mujer maltratada». Ya que, subrayó, «los trabajadores justifican los malos tratos recibidos por su clase dirigente».
Sin embargo, Pico hizo hincapié en que el cambio de Gobierno es más de lo mismo. «PP y PSOE llevan a cabo las mismas políticas, aunque a distintas velocidades», según se trate de unos temas u otros, resaltó. El PP, insistió, «ha dado un acelerón en la liquidación del Estado de bienestar que ya emprendiese el PSOE», pero, continuó, haciendo gala de la doble moral a la que ya nos tiene acostumbrados el partido de la derecha —según se encuentre en el poder o en la oposición—, «ha levantado —dijo— el pié del acelerador en cuestiones como el aborto, la memoria histórica o el matrimonio homosexual».
Calificó de «especialmente repulsiva» la equiparación entre las víctimas del terrorismo y sus asesinos en la gestión del fin de ETA. Una denuncia, dijo con pesar, «que no hacemos sólo los falangistas». El jefe nacional evidenció «la traición perpetrada a las víctimas del terrorismo y el trato vejatorio recibido». Y recordó, con especial consideración, el ejemplo de dignidad llevado a cabo por la madre de la niña asesinada en el atentado de la casa cuartel de Santa Pola, que ha optado recientemente por darse de baja del PP, anunciándolo públicamente, para hacer constar el engaño y la deslealtad con que han sido tratados por un partido, que utilizó el dolor de las víctimas estando en la oposición y en campaña electoral. No así en el Gobierno, desde donde no ha dudado en pactar con su homólogo, el PSOE, en la primera oportunidad que ha tenido, para perpetuar la presencia de los representantes de ETA en la Cámara Baja.
El jefe nacional alertó sobre «la trampa dialéctica tendida por la derecha», según la cual, afirmó, «o estás a favor de la reforma laboral o estás a favor de mantener los privilegios de los sindicatos». Declaró que Falange Española de las JONS, «reclama el derecho de oponerse a una cosa y a la otra»: por un lado, al recorte de los derechos de los ciudadanos, «de los más humildes», apuntó, y por otro, a los privilegios de lo que dio en llamar, «la mafia sindical». Una mafia que se nutre con fieles compañeros de viaje, puesto que, añadió, «no son los únicos beneficiarios de los sueldos millonarios que se reparten por pertenecer, por ejemplo, a los consejos de administración de las cajas de ahorro, ya que dichos privilegios se comparten con representantes de la patronal y de los partidos mayoritarios, cómo no, PP y PSOE». Zanjando este tema, Pico concretó que «si bien Falange da por superado el diálogo que demoniza per se al empresario, dando por hecho que existen una gran cantidad de ellos honrados, es necesario denunciar la actual situación», a la que da pie la aprobación de la nueva reforma sindical. Así como, al mismo tiempo, trabajar por la superación del diálogo único, que obliga a posicionarse de uno u otro lado. Los falangistas, concluyó, nos oponemos de igual forma, «al postulado de la reforma y a la filosofía que lo inspira, el sistema liberal que fomenta la cultura del egoísmo y penaliza una economía que esté en función del bien común».
A reglón seguido, el jefe nacional de los falangistas no olvidó señalar otro punto en común entre las instituciones y los partidos políticos amparados por el sistema liberal, «la corrupción», en la que dijo, «se ven envueltas todas las instituciones del Estado, desde los ayuntamientos, pasando por diputaciones y comunidades autónomas, hasta la mismísima jefatura del Estado». Una cuestión que está produciendo alarma social, ya que, lejos de atajarse con contundencia, se viene tratando con un tono de impunidad que, egoístamente, parece interesar a unos y otros.
Sin embargo, y a pesar de lo dramático de lo expuesto en líneas anteriores, el jefe nacional de Falange no dudó en enviar un mensaje final con un tono más enérgico y con convicción. Invitó a «levantar la bandera del optimismo y a identificar a los malhechores y denunciarlos». Convencido de que «el día de la revolución está cada vez más cerca», indicó que ésta, será el instrumento para realizar, «una operación quirúrgica para el cambio de la estructuración de la sociedad, bajo valores de equidad». La revolución, insistió, «del sentido común».
Las intervenciones de Iván García y Anastasio López
Además del jefe nacional, participaron en el acto celebrado en Valladolid, en el salón de actos del Hotel Calos IV, el secretario general, Iván García, y el camarada Anastasio López.
Iván hizo hincapié en la necesidad de preservar la defensa de los valores inmutables e irrenunciables «como la vida o la Justicia», así como en la urgencia de llevar a cabo la reforma del Estado de las autonomías, demostrando con datos y números contrastados el esperpéntico disparate al que el citado Estado somete a sus ciudadanos, no sólo en el sentido económico, sino también en el administrativo, señalando la inoperancia de la excesiva burocratización. Realizó una crítica feroz a la «salvaje reconstrucción industrial a la que nos obliga la Comunidad Europea», cuya consecuencia última, avanzó, es la pérdida de la soberanía, ya que «nos convierte en un país de servicios».
Por su parte, Anastasio López recordó a los presentes el legado, vigente por su trascendencia, de los ausentes. Anastasio recitó frases de esperanza pronunciadas en ese mismo enclave, por José Antonio,Ramiro Ledesma y Onésimo Redondo, cuando los que entonces quisieron cambiar las estructuras de la vieja política española, se unían en un mismo empeño. Fue otra forma de recordar a los asistentes que la revolución de la verdadera justicia social, del esfuerzo y la unidad de todos los españoles por recuperar su soberanía, su misión de destino en lo universal, continúa pendiente.
Reuniones del Consejo Nacional y la Junta Política
Aprovechando la celebración del acto del 78 aniversario, tuvo lugar, en la mañana del 3 de marzo la celebración del Consejo Nacional, al que acudieron la mayoría de los consejeros nacionales, a excepción de nuestros camaradas andaluces, por encontrarse inmersos en plena campaña electoral. Tras el Consejo se reunió la Junta Política, mientras que los camaradas que lo desearon acudieron al cementerio a realizar una emotiva ofrenda de flores a Onénismo Redondo Ortega.
Fuente: Web de FE-JONS (www.falange.es)
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