Los talibán afganos anunciaron en enero que abrirían una oficina en Qatar, en un espaldarazo al proceso de negociaciones que Washington impulsó para estabilizar la situación en el país centroasiático.
El presidente afgano, Hamid Karzai, se mostró reticente en un primer momento por la participación de los talibán, pero el apoyo de Qatar, así como el de Turquía y Arabia Saudí, propulsó el inicio de los contactos.
Las gestiones diplomáticas entre bambalinas tienen como objetivo último el inicio de las conversaciones de paz, en un momento clave tanto a nivel exterior como nacional. El presidente estadounidense, Barack Obama, encamina la recta final de su primer mandato y, en clave electoral, un éxito de estos movimientos podría reforzar su política exterior y responder a las críticas de los republicanos. Además, la guerra de Afganistán comienza a ser impopular entre los ciudadanos estadounidenses, cuando se encuentra encallada en un punto de involución en el que, el Gobierno afgano mantiene su respaldo, pero la ira popular antiestadounidense aumenta, así como los ataques insurgentes.
Asimismo, Afganistán y Estados Unidos han firmado este viernes el inicio del proceso de transferencia de todos los prisioneros que están en manos de la misión internacional de la OTAN a las fuerzas afganas, tal y como exige la gran asamblea de líderes nacionales afganos, como medida indispensable para acordar la presencia de tropas estadounidenses a lo largo de la próxima década en el país centroasiático.
Una delegación del Gobierno de Afganistán ha visitado esta semana la prisión de máxima seguridad de la base militar estadounidense de Guantánamo (Cuba) para acordar con cinco reclusos talibán su traslado a Qatar, en un nuevo guiño a Kabul del Gobierno presidido por Obama para encauzar las conversaciones de paz en Afganistán.
Fuente: Europa Press (www.europapress.es)
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