En época de vacas flacas lo primero que hay que revisar es el estatuto de la clase política pues resulta muy poco entendible que los políticos recorten de todo menos de ellos mismos. Hay que revisarlo todo, las pensiones de los diputados, las dietas de los diputados que viven fuera de Madrid y el régimen de incompatibilidades. Ahora toca revisar todo por ahorro y por estética pero también por ética y por pedagogía.
Mientras España entera vive la crisis, el Gobierno destinará este año dos millones y medio de euros al pago de pensiones de exparlamentarios, según informa del Telediario de Intereconomía. El modelo de protección social a exdiputados y exsenadores fue derogado en parte por el anterior presidente de la Cámara Baja, José Bono.
El problema es que el nuevo sistema tendrá validez a partir de la actual legislatura por lo que los exparlamentarios se siguen beneficiando de unos privilegios especialmente sangrantes en tiempos de crisis. Estas jubilaciones de oro fueron impulsadas por el predecesor de Bono Manuel Marin.
Estas consistían en dar derecho a jubilación a los que estuvieran un mínimo de 11 años en el Congreso o en el Senado aunque el resto de su vida no volvieran a cotizar. En total 75 parlamentarios están acogidos a este sistema.
Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)
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