Hugo Chávez alienta ahora un golpe de Estado en Paraguay.

Los golpes militares parecían haberse erradicado definitivamente de América Latina, pero han resurgido y vuelven a transformarse en una amenaza en cuanto existen diferencias entre el gobernante, la oposición y la opinión ciudadana. Quizá lo novedoso en estos momentos es que, detrás de todos los recientes intentos de toma del poder de forma ilegítima, parece estar, de manera más o menos directa, la figura del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
La crisis política que padece Honduras desde hace meses expresa con claridad este fenómeno. El ex presidente Manuel Zelaya intentó dar un autogolpe con el apoyo del mandatario bolivariano por la vía de reformar a su antojo la Constitución del país, de forma que se hiciera posible su continuidad en el poder, lo que la Carta Magna hondureña prohíbe de manera expresa.
Puede que el turno le esté empezando a llegar ahora a Paraguay. La tercera destitución, en poco más de un año, de la cúpula militar que acaba de llevar a cabo el presidente paraguayo, Fernando Lugo, entre intensos rumores, dentro del país, de peligro de asonada militar, viene explicada, en gran medida, por la influencia que nuevamente está ejerciendo Chávez sobre su vecino del sur. Tras los relevos de los comandantes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, Lugo completó, el jueves pasado, su cadena de destituciones con el desalojo del mando del jefe de las Fuerzas Militares, el contraalmirante Cíbar Benítez.
Influenciados
Aunque el ex obispo y actual presidente negó que haya peligro de golpe militar, declaró que sí “existen bolsones militares influenciados por la clase política”.
Benítez aseguró desconocer que haya "personas con intenciones golpistas en las Fuerzas Armadas", aunque reconoció que "las destituciones se pueden prestar a interpretaciones".
Junto al malestar lógico creado en el seno de la cúpula castrense, la oposición política ha calificado de “incomprensible” el comportamiento del presidente paraguayo, y empieza a manifestar, cada vez de manera más abierta, que la extensa mano del líder bolivariano está detrás. Es la opinión que se vislumbra, por ejemplo, en el líder del Partido Colorado (centro-derecha), Bernardino Soto Estigarribia, ex comandante, también, de las Fuerzas Militares.
A su juicio, Fernando Lugo “ha asestado un duro golpe al estamento militar y, con el tiempo, los paraguayos vamos a poder saber” si lo que está haciendo es desviarse del “rumbo de lo prometido en su campaña electoral”, en clara referencia a lo dicho durante la carrera por la presidencia hace un año, cuando, acusado de ser un mero hombre de paja de Hugo Chávez, Lugo proclamó “no temerle, en absoluto” al mandatario venezolano.
Sin embargo, no se oculta que todas las maniobras de desalojo llevadas a cabo hasta el momento en la cúpula del estamento militar se corresponden con mandos que, de forma abierta, habían proclamado la “necesidad imperiosa” de salirse de la influencia de Caracas. Es por ello que fuentes de la oposición paraguaya denuncian que “Lugo podría estar quitando de en medio” a los altos mandos militares que le critican su cercanía ideológica y sus buenas relaciones con Chávez.
El objetivo sería: “Quizá pensando en imitar, en un futuro, el intento de Zelaya en Honduras, de forma que, llegado el caso, sus pretensiones no se vieran truncadas por la acción de un Ejército contrario a los designios” del Gobierno bolivariano de Venezuela.


Fuente: Intereconomia (www.intereconomia.com)