El decálogo de Santiago Carrillo. - La Nación Digital

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viernes, 16 de abril de 2010

El decálogo de Santiago Carrillo.

Hace unas semanas me encontré este interesante reglamento escrito por Santiago Carrillo antes del intento de golpe de Estado al gobierno republicano de la CEDA en 1934.
En las normas se dice como debe actuar un socialista y la verdad es que no tiene desperdicio. Entre comillas voy a escribir la norma y en letras normales mi opinión sobre cada una de ellas:
“Los jóvenes socialistas deben acostumbrarse a las movilizaciones rápidas, formando militarmente de tres en fondo”.
“Cada nueve (tres filas de tres) formarán la década, añadiéndole un jefe, que marchará al lado izquierdo”.
Los marxistas realizaron una dura campaña en esa época contra todo lo relacionado con el ejercito, sin embargo, se ve que a la hora de imponer su violencia no les importa nada actuar de manera paramilitar. Y se podría decir que es “curioso”, ya que por aquel entonces hablaban a veces de pacifismo.
“Hay que saludar con el brazo en alto vertical y el puño cerrado, que es un signo de hombría y virilidad”
Parece ser que para Carrillo y sus amigos socialistas de entonces era un signo de hombría el levantar el puño izquierdo. Una estupidez muy grande, ¿no?. ¿Desde cuando el ser un hombre o una mujer lo dicen los gustos políticos?. ¿Las mujeres que levantaban el puño también se sentían hombres?. Eso explicaría el cariño que el PSOE moderno tiene a los transexuales y, también deduzco, que las mujeres socialistas predican la igualdad por que quieren ser hombres, es decir, que se sienten inferiores ellas mismas, no por que los hombres las tratemos mal.
“Es necesario manifestarse en todas partes, aprovechando todos los momentos, no despreciando ninguna ocasión. Manifestarse militarmente para que todas nuestras actuaciones lleven por delante una atmósfera de miedo o de respeto”.
Por lo que deduzco, a Carrillo y a los socialistas les iba a liarla en cualquier momento y a cualquier hora. Y esto no eran reivindicaciones democráticas. Una manifestación democrática termina con cada uno en su casa y Dios en la de todos. Las de estos acaban con disparos entre socialistas y Guardia Civil y algún que otro muerto.
“Cada joven socialista, en el momento de la acción, debe considerarse el ombligo del mundo y obrar como si de él y solamente él depende la victoria”.
“Solamente debe ayudar a su compañero cuando éste ya no se baste a ayudarse por sí solo”.
“Una norma claramente marxista: no les importa el todos, les importa el yo propio. Eran capaces de dejar morir hasta a su madre si era necesario.
Ha de acostumbrarse a pensar que en los momentos revolucionarios la democracia interna en la organización en un estorbo. El jefe superior debe ser ciegamente obedecido, como asimismo el jefe de cada grupo”.
No tenían ni una minima disciplina, por eso acabaron como acabaron. Se levantaron por toda España sin cabeza y en Asturias duraron mas por que tenían a mano la dinamita que utilizaban en el trabajo. Y, con unos jefes incapaces de tener el control sobre sus militantes, es normal que cometieran tantas atrocidades. Ahora es más fácil entender como pudo haber 10000 asesinados en Paracuellos estando Carrillo al mando: les dejaba actuar como querían.
“La única idea que hoy debe tener grabada el joven socialista en su cerebro en que el socialismo sólo puede imponerse por la violencia, y que aquel compañero que propugne lo contrario, que tenga todavía sueños democráticos, sea alto, sea bajo, no pasa de ser un traidor, consciente o inconscientemente”.
Aquí consideran a la democracia un estorbo. Sin embargo, participaban en ella sabiendo que en número eran superiores al resto.
Y se muestran claramente partidarios de la violencia. Hoy se echa la culpa de todos los incidentes violentos en calles y universidades a los militantes de Falange Española. Viendo lo que escribía Carrillo como consejo para los suyos, era normal (y necesario) que si los nacionalsindicalistas querían hacer cumplir su revolución tuvieran que recurrir a la violencia, ya que aparte de que esa era la mentalidad de esos momentos, si hubieran intentado hacer una revolución por la democracia y la legalidad habrían traicionado a su doctrina además de que los marxistas hubieran acabado con ellos enseguida. La diferencia entre los marxistas y los nacionalsindicalistas es que estos últimos tenían que emplear la violencia para defenderse de los que habían comenzado la violencia primero.
“Cada día, un esfuerzo nuevo, en la creencia de que al día siguiente puede sonar la hora de la revolución”.
Los esfuerzos se reservaron para dos momentos: el golpe de Estado del 34 y las elecciones del 36.
“Y sobre todo esto: armase. Como sea, donde sea y “por los procedimientos que sean”. Armase. Consigna: Ármate tú, al concluir arma si puedes al vecino, mientras haces todo lo posible por desarmar a un enemigo”.
Esto es toda una declaración de defensa del pistolerismo como reivindicación política, semejante a la que usa ETA hoy en día.
Pues estas eran las normas de los demócratas legítimos de 1936. Al autor de esta incitación a la violencia le tenemos hoy viviendo en España y sin pagar aun por los crímenes cometidos.

1 comentario:

A.Rivera dijo...

Este tio es un tarado mental, lo mas curioso es que, sabiendo de su historial, nada debería sorprendernos de este sujeto.

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