Contando ovejas: "¿Qué es "Contando ovejas"?"

¿Qué es “Contando ovejas”? Es una crítica directa hacia lo más profundo de nuestra sociedad. Metafóricamente hablando, vivimos en un mundo que podría calificarse, sin ningún problema, como un gran rebaño de ignorantes que actúan y se comportan en función de los gritos y la dirección que les indican sus líderes. Pensándolo mejor, más que de la famosa “aldea global” deberíamos hablar del “rebaño mundial”, propiedad de la oligarquía financiera y controlado por unos pastores al servicio del Sistema y miembros de las diversas ramificaciones del marxismo cultural: colectivos homosexuales, feministas, ecologistas, liberales, socialdemócratas, pacifistas… incluso, si se me permite incluirles dentro, marxistas y anarquistas (aunque este par actúe de una manera, en ciertos aspectos, diferente a los demás).

Ninguna persona de nuestras sociedades occidentales y consumistas ha podido librarse de ser parte del rebaño en algún momento de su vida. Por mucho que nos desagrade, siempre tendremos que ceder con alguna de nuestras circunstancias particulares.
¡Un momento! ¡Que nadie se piense que me rindo y acepto ser marcado con una anilla en la oreja y pintado en la espalda para diferenciarme de los de otro rebaño!
Al hablar así me refiero a que, por mucho que nos desagrade, siempre nos tocará trabajar y, con ese trabajo, mantener al Sistema. También tendremos que pagar impuestos, que mantendrán al Sistema. Y, por supuesto, también tendremos que consumir y alimentar al Sistema… otra vez. Nos guste o no, la sociedad del consumo está tan bien organizada que las cosas más elementales y necesarias de la vida sirven para su nutrición.

Visto lo visto… ¿Qué es lo que nos diferencia a unos pocos individuos de los miembros del rebaño? Yo diría que, sobre todo, nos negamos a admitir como maravilloso ese hedor que resulta ser la falsa sensación de libertad. Decir esto hoy en día se considera una herejía, pero es cierto: no somos libres. ¡No, no y mil veces no: no somos libres! En esta sociedad existirán personas que disfrutarán revolcándose en sus propias excreciones materialistas, dejándose esquilar a base de impuestos y modas, y balando al ritmo de las palabras de los “todopoderosos” pastores Rubalcaba y Rajoy, en el caso español (aunque, como es evidente, el mejor pastor que ha tenido el Sistema en muchos años ha sido el actual presidente de Gobierno). Allá ellos… Yo prefiero ser un aspirante a hombre de la minoría orteguiana, un rebelde revolucionario. No me importa tener que taparme la nariz con un pañuelo para respirar lo menos posible el asqueroso hedor de la falsa libertad ni limpiar frecuentemente mis zapatillas de las excreciones socialdemócratas o liberales de turno pisadas frecuentemente a lo largo del día.

¿Quieres ser libre, pero libre de verdad, o prefieres seguir siendo la oveja más coqueta del rebaño mundial? ¿Prefieres pensar por ti mismo o te resulta más cómodo que lo hagan los demás por ti? ¿Te importa sólo la opinión que tengas de ti mismo o prefieres causar buena impresión al resto de tus semejantes para que te acepten como a uno más entre los suyos?
Si te unes a mí nos espera un largo camino por delante. Despojarse de la lana no es fácil, yo mismo lo sé muy bien. Quizá unas ocho horas de sueño te ayuden a verlo todo con más claridad. ¿Cómo que no tienes sueño? ¡Es normal, llevas toda la vida durmiendo! Pues no sé que podríamos hacer… ¿Te apetece contar ovejas?



Gabriel García