El Real Betis sufrió su primera derrota de la temporada ante el Getafe por un gol a cero, obra de Diego Castro a la media hora, en un partido en el que el líder de la Liga se mostró irreconocible durante la primera mitad. Los andaluces, que mejoraron en el segundo acto, ofrecieron durante los primeros cuarenta y cinco minutos una versión que distó bastante de la ofrecida en los cuatro primeros choques del campeonato. El conjunto madrileño suma su primera victoria y abandona los puestos de descenso.
El partido comenzó sin un dominador claro, pero fue el conjunto azulón el primero en probar suerte de cara a puerta con dos disparos de Pedro León, uno fuera por poco y otro desbaratado por Goitia, titular debido a la expulsión de Casto ante el Zaragoza. Las dos ocasiones del jugador murciano dieron alas a su equipo para hacerse con la iniciativa de forma definitiva en el envite logrando desactivar con relativa facilidad al Betis y a sus rápidos hombres de banda. El buen hacer de los hombres de Luis García a la hora de ejercer presión sobre la salida del balón rival logró contener los numerosos intentos de acercamiento visitante a las inmediaciones de Moyá.
Los minutos pasaban y las jugadas de ataque verdiblancas brillaban por su ausencia ante la buena colocación y el perfecto trabajo sin balón del Getafe, que obtuvo su premio a quince minutos del descanso. Un clamoroso error defensivo visitante, que dejó a Diego Castro libre de marca ante el centro de Valera desde la banda derecha, sirvió al ex del Sporting para subir el único gol de la noche al marcador. Acto seguido, los madrileños lograron mandar un balón más a la espalda de la zaga rival y tan sólo la lentitud del canterano Abdel evitó el segundo tanto. Así, se llegó al descanso con ventaja y dominio local ante un Betis que notó la ausencia de Beñat y fue irreconocible en la primera mitad.
Pepe Mel intentó solucionar el entuerto dando entrada precisamente al jugador vizcaíno en la reanudación. La medicina del técnico bético tuvo un efecto inmediato y permitió a sus hombres mostrarse mucho más incisivos en sus acciones ofensivas, llegando a finalizar sus jugadas, a diferencia del primer tiempo. La entrada de Jorge Molina por Salva Sevilla, cambio de centrocampista por delantero, fue otra nueva muestra de que el Betis no se resignaba a su suerte y buscaba levantarse y dar la vuelta a la tortilla. A medida que avanzaba el reloj, el líder comenzó a mostrar un crecimiento gradual que le llevó a disfrutar de varias acciones de ataque casi consecutivas ante la portería de Moyá, aunque sin demasiado peligro.
El Betis, que comenzó a mostrarse más agresivo, logró hacerse con más posesión del balón que su rival para comenzar a elaborar algo de juego aprovechando el paso atrás dado por los locales en cuanto a la presión. El partido cambió por completo con un mayor ritmo por parte de los dos equipos y los de Mel gozaron de dos ocasiones consecutivas, en la cabeza de Molina y en las botas de Pereira, que pudieron significar el empate. Los andaluces comenzaron a arriesgar y Luis García refrescó su línea medular y su ataque con el objetivo de sentenciar con un segundo tanto. Sarabia y Miku entraron en sustitución de Abdel y Güiza.
Un aluvión de imprecisiones locales y visitantes, fueron la antesala del arreón final del Betis. El conjunto andaluz puso en serios aprietos a su rival en los últimos minutos con un derroche de agresividad y velocidad que le permitió gozar de continuidad en su ataque. El resultado fue nulo, era demasiado tarde.
Fuente: AS (www.as.com)
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