Cuando aún era ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba se reunió con uno de los mediadores internacionales del grupo que comanda el abogado sudafricano Brian Currin. En concreto, el hoy candidato del PSOE se encontró el pasado 18 de junio con el profesor israelí Alberto Spektorowski, según explican a LA GACETA fuentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). La cita se celebró en la sede del ministerio, sita en el madrileño paseo de la Castellana.
Alberto Spektorowski es uno de los cinco “facilitadores” –así se hacen llamar– que conforman el Grupo Internacional de Contacto (GIC), auspiciado por Currin en noviembre de 2010 y cuyos representantes, incluido Spektorowski, visitaron el País Vasco la pasada semana. El interlocutor del ex ministro del Interior es un profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Tel Aviv.
Este prestigioso docente también impartió clases en otras Universidades israelíes y norteamericanas. Y mantiene unas relaciones excelsas con Shlomo Ben Ami, ex embajador de Israel en España y conocido por su trabajo a favor de la paz entre su país y Palestina. Durante los negociaciones de Camp David entre israelíes y palestinos celebradas en el año 2000, Spektorowski era asesor de Ben Ami.
Uruguay
Este verano LA GACETA publicó que Ben Ami estaba colaborando en una negociación soterrada entre el Gobierno y ETA con encuentros celebrados con veteranos etarras residentes en Venezuela. El famoso diplomático negó ese extremo con varias misivas enviadas a esta redacción. Las citadas fuentes del CNI no descartan que sea Spektorowski quien se reuniera con etarras en el país que gobierna Hugo Chávez. Adoba esa posibilidad el hecho de que este mediador tiene familia en Uruguay. Curiosamente, el día del encuentro entre Spektorowski y Rubalcaba, este último fue nombrado oficialmente– y por Twitter– candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno. Por la mañana, el entonces ministro del Interior –dejó el cargo en julio– viajó a Valladolid, donde impartió una suerte de mitin que centró se en materias de Educación. Por la tarde, volvió a Madrid para verse con el mediador israelí, aseguran desde el CNI.
Junto a Currin y Spektorowski, forman parte del GIC el británico Raymond Kendall, que fue secretario general de la Interpol entre 1985 y 2000; la irlandesa Nuala O’Loan, miembro de la Cámara de los Lores y ex defensora del Pueblo de Irlanda; y el suizo Pierre Hazan, profesor universitario y periodista que ha colaborado con la ONU. Ellos no son los únicos con experiencia en negociaciones, ya que el propio Rubalcaba, que pilotó todo el mal llamado proceso de paz, llegó a reunirse a principios de 2007 con mediadores del centro suizo Henri Dunant, que amparó el diálogo entre ETA y el Gobierno.
“Esperanzados”
El máximo colaborador del GIC en España es Paul Ríos, coordinador de Lokarri, red ciudadana por el acuerdo y la consulta. En conversación con LA GACETA, Ríos aseguró: “No me consta esa reunión, aunque hay muchas cosas de las que hacen que no me constan”. Aparte del encuentro, Ríos comenta que los mediadores están “esperanzados” porque la tregua de ETA “se ha afianzado”, “preocupados” por lo que ocurra con Sortu en el Tribunal Constitucional y “decepcionados” por la sentencia condenatoria del caso Bateragune. Un fallo de la Audiencia Nacional que ha llevado a la cárcel a Arnaldo Otegui, interlocutor de Currin.
El GIC tiene su génesis en la Declaración de Bruselas, auspiciada por el propio Currin y presentada ante el Parlamento Europeo el 30 de marzo de 2010. En una breve nota, los mediadores, con la firma de cuatro premios Nobel de la Paz incluida, pedían a ETA la declaración de una tregua y exigían al Gobierno una “respuesta adecuada” a la misma. Ya en noviembre, el abogado sudafricano, que ya tomó parte en el proceso de paz, presentó el GIC.
“Inaudito”
Rubalcaba, por su parte, calificó ayer el comunicado de los presos de “inaudito”, “paso adelante” y “buena noticia”, palabras a las que siguió su tesis habitual: “Hoy estamos más cerca del final que ayer”. Sin embargo, intentó reducir la euforia de “la prensa cerca a la izquierda abertzale”, que cree que con este gesto todo “se acabó”, y azuzar a quienes insisten en que no tiene valor y “no ha pasado nada”: “Ha pasado, ni se acabó ni no ha pasado nada”.
Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)
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