La victoria de Evo Morales, teñida de presuntas presiones al electorado para asegurar su reelección.

Evo Morales proclamó su reelección al frente de Bolivia, al cosechar una victoria amplia en los comicios celebrados en la jornada de ayer.
Desde el balcón del palacio presidencial sito en la plaza Murillo (en La Paz), Morales afirmaba que en su país se había impuesto “un proceso de transformaciones en lo social, en político, en lo económico y en lo cultural” que permitirá a los bolivianos ”profundizar la revolución democrática”. Asimismo, Morales se regocijaba declarando que ”obtener más de dos tercios en diputados y senadores” le obligaba “a acelerar este proceso de cambio”. Algo que para muchos, no deja de ser un viraje más fuerte, refrendado por el 62% de los sufragios a su favor, hacia la más estricta dictadura.
Mientras que para el mandatario boliviano su victoria es “pro revolución democrática” y se apoya en “el gran despertar de los pueblos”, varios medios locales de comunidades campesinas de la zona oriental de Bolivia empero, habían denunciado la supuesta presión ejercida por el partido Movimiento al Socialismo (MAS), para que los habitantes de éstas votaran por Evo Morales.
Parece ser que incluso los responsables de los comicios recibieron algunas quejas, que apuntaban a que en el departamento de Cochabamba se utilizó una ambulancia del Seguro Universitario, para trasladar electores, aunque obviamente, no pudiera demostrarse con pruebas, a favor de quién votaron.


Fuente: El Nuevo Alcazar (www.elnuevoalcazar.es)