Chacón reclama los logros de Zapatero y se declara dispuesta para “llevarlos adelante”.

No hay manera de evitar que la precampaña electoral del 22-M en el Partido Socialista derive ya en las primarias entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón. Ayer tanto el vicepresidente del Gobierno como la ministra de Defensa volvieron a participar en sendos actos del partido y, aunque no fueron recibidos como el domingo pasado en Palma de Mallorca y Elche al grito de “presidente, presidente...”, sí que tuvieron palabras, gestos y guiños que se explican en clave sucesoria.

Chacón, que esta misma semana se comprometió a no pronunciarse sobre sus aspiraciones hasta el próximo 23 de mayo, sólo un día después de las elecciones municipales y autonómicas, aprovechó ayer un mitin en Huelva en apoyo a la candidata Petronila Guerrero para asomar algo más que el plumero. La ministra se erigió casi en heredera del zapaterismo al asegurar que “hay cosas que él –en referencia al presidente del Gobierno– ha traído que están para quedarse, y trabajaremos para que así sea”. Toda una declaración de intenciones de que ella quiere estar en el futuro del PSOE, con aires renovadores como los que llevó en 2000 José Luis Rodríguez Zapatero y en contra de lo que representa la vieja guardia del partido, encarnada en las primarias que se avecinan en la persona del vicepresidente Rubalcaba.

Entre esos logros de Zapatero que Chacón quiere seguir llevando adelante citó las misiones humanitarias en el exterior, que no haya más discriminación de ninguna persona por razón de sexo, el final de las “humillaciones y el desprecio” a los homosexuales; la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, la lucha contra la violencia doméstica, la subida del salario mínimo interprofesional y las pensiones o la lucha en favor de las personas dependientes. Se dejó para el final la lucha contra el terrorismo, la “derrota de ETA” dijo, y cuyo mérito Chacón se lo atribuye sólo al presidente del Gobierno. Obvió, naturalmente, cualquier mención en este sentido a Rubalcaba, el verdadero artífice (ahora como vicepresidente, antes como ministro del Interior y en sus orígenes sólo como portavoz parlamentario del PSOE) de la política antiterrorista que ha desarrollado el Gobierno desde la llegada de Zapatero a La Moncloa.

En su tierra
Tal ninguneo a Rubalcaba durante su intervención muestra a las claras que en la carrera sucesoria, que por más que quiera el aparato de Ferraz ya se ha abierto en el partido, hasta los elogios van ya envenenados. Claro que para ninguneo, el que protagonizó ayer el vicepresidente en Santander durante el acto de presentación de los candidatos de Cantabria, y donde no citó ni de pasada el asunto sucesorio. Ru-balcaba, que a priori se sabe ganador en el pulso que habrá por hacerse con la herencia de Zapatero, se centró en apoyar a Lola Gorostiaga, la candidata cántabra del PSOE, tierra natal del vicepresidente y circunscripción por la que ha conseguido en más de una ocasión su acta como diputado en el Congreso.

Ayer, y bajo la consigna de la dirección del PSOE de centrarse en la campaña del 22-M y no hablar de asuntos internos del partido hasta después, Rubalcaba se decidió a arremeter contra el Partido Popular en general y contra Mariano Rajoy en particular. Al líder de la oposición, dijo el vicepresidente, “no se le puede pedir claridad y determinación” sobre lo que piensa hacer porque es tanto como “pedir peras al olmo”. Según Rubalcaba, tanto el PP como Rajoy tiene un “mantra” con el que sólo piden elecciones anticipadas porque para el vicepresidente –y en la misma semana en la que la vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha tenido que corregir las previsiones de Zapatero- con la crisis la gente empieza a percibir que “esto vaya para arriba”.

Tal obsesión mostró ayer el número dos del Gobierno por descalificar a Rajoy, al que llegó a presentar como “un político del siglo pasado”, que volvió a decir que “su jefe de filas” y el de todo el Partido Popular sigue siguiendo, a estas alturas, José María Aznar.

A vueltas con Aznar
El ex presidente del Gobierno se pronunció ayer, por primera vez, sobre el anuncio de Zapatero de no repetir como candidato del PSOE a las próximas elecciones generales de 2012. Durante un acto del PP en Washington, en EE UU, el antiguo líder popular dijo que el actual inquilino de La Moncloa “se va antes de que le echen los suyos”. Las palabras de Aznar han sentado especialmente mal en el aparato de Ferraz, que lleva ya una semana tratando de vender la idea de que el presidente se marcha por decisión propia, sin presiones de los barones pero que no oculta –como hizo el pasado martes José Blanco– que la renuncia de Zapatero ha supuesto “un chute moral” para el partido.

Los socialistas, que saben que a falta de movilización propia entre su electorado sigue vendiendo mucho cualquier ataque a Aznar, se lanzaron ayer, a través de Elena Valenciano, la portavoz del Comité Electoral, a acusar al ex presidente de “buscar un titular” incluso a costa de “ultrajar su propio país”. Hoy el turno es para Zapatero. Mitin del presidente en retirada –segundo desde el anuncio– en Alcalá de Henares.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)