El Papa recuerda que “existen ejemplos luminosos de fe” por encima de los errores. - La Nación Digital

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viernes, 22 de abril de 2011

El Papa recuerda que “existen ejemplos luminosos de fe” por encima de los errores.

Benedicto XVI celebró ayer, día de Jueves Santo, la Misa Crismal con la que dio inicio al Triduo Pascual en la Basílica de San Pedro. En la homilía, el Papa denunció que “Occidente, los países centrales del cristianismo están cansados de su fe y aburridos de su propia historia y cultura” porque “no quieren conocer la fe en Jesucristo”. Por ello, el Papa subrayó que la Iglesia “tiene motivos para gritar a Dios” que “no permita que los cristianos se conviertan en no pueblo” y puedan “reconocer a Dios de nuevo” para que “den testimonio de su mensaje con alegría”. El Pontífice no eludió, una vez más, referirse al escándalo de la pedofilia, aunque precisó que “a pesar de los errores, hay ejemplos luminosos de fe, personas que a través de la fe, del amor y del servicio a los demás, dan esperanza al mundo”.

El templo parecía un mar de albas blancas. Bajo la bóveda de Miguel Ángel y con las voces del coro de la Capilla Sixtina. El Papa bendijo también los Óleos Santos que habían llevado hasta el altar en unas gigantescas ánforas de plata. Durante una alocución recordó a Juan Pablo ll, exaltando su figura. “Cuando el primero de mayo sea beatificado, pensaremos en él con inmensa gratitud, como gran testimonio de Dios y de Jesucristo en nuestro tiempo, como hombre repleto del Espíritu Santo, y junto con él, pensaremos en el gran número de beatos y de santos que ha proclamado y que nos dan la certeza de que las promesas de Dios no caen en el vacío”.

El Papa subrayó que los cristianos “son un pueblo sacerdotal para el mundo” que “debería hacer visible en el mundo al Dios vivo, testimoniarlo y llevarlo a él”. También destacó que “Dios mismo se ha puesto a buscar” a los hombres y que el hecho de que Dios mismo se haya hecho hombre en Cristo “muestra lo mucho que Dios ama al hombre, su criatura”. Cristo, explicó el Pontífice, “sale al encuentro de la inquietud del corazón, de la inquietud de preguntar y buscar, con la inquietud de su mismo corazón” que lo induce “a cumplir por los hombres el gesto extremo” de la Cruz.

La curación
El Papa recordó a los fieles que deben “estar en camino hacia Cristo, para conocerlo mejor, para amarlo mejor” y ha invitado a los cristianos que “permanezcan siempre catecúmenos” porque “el conocer a Dios no se acaba nunca”. Insistió también en que “la curación del corazón herido de los hombres” es un encargo “primordial que Jesús ha confiado a la Iglesia”. Por eso, recordó Benedicto XVI, la primera y fundamental curación “sucede en el encuentro con Cristo que reconcilia al hombre con Dios y sana su corazón desgarrado”.

Durante la misa los sacerdotes renovaron las promesas sacerdotales (pobreza, castidad y obediencia) y Benedicto XVI bendijo el óleo de los catecúmenos, el de los enfermos y el Crisma (aceite y bálsamos mezclados), que le fueron presentados en tres grandes jarras de plata.

Estos óleos son bendecidos el Jueves Santo por los obispos y se utilizan para ungir a los que se bautizan, a los que se confirman y para la ordenación sacerdotal. El rito se celebra en todas las catedrales del mundo.

Del óleo de los catecúmenos dijo que muestra un primer modo de ser tocados por Cristo, que Dios ama a los hombres y sale al encuentro de la inquietud de sus corazones. En referencia al de los enfermos dijo que en la sociedad hay multitud de personas que sufren, entre las que citó a los hambrientos y los sedientos, las víctimas de la violencia en todos los continentes, los enfermos con todos sus dolores, sus esperanzas y desalientos, los perseguidos y los oprimidos, las personas con el corazón desgarrado.

El Papa dijo que la misión de la Iglesia es ir por los caminos sanando a los enfermos y anunciando el Reino de Dios. El óleo de la unción de los enfermos –precisó– es la expresión sacramental visible de esa misión. Benedicto XVI se refirió a los hombres y mujeres que llevan ese amor curativo a las personas de todo el mundo, “sin mirar su condición o confesión religiosa”, destacando a Vicente de Paúl y Madre Teresa de Calcuta y dio gracias a Dios por todos aquellos que se ponen al lado de los que sufren.

Del óleo crismal dijo que es el de la unción sacerdotal y sirve, sobre todo, para la unción en la Confirmación y en las sagradas órdenes y subrayó que los cristianos deben hacer visible en el mundo que Dios vive.
Por la tarde, en la basílica de San Juan de Letrán, catedral de Roma, Benedicto XVI, lavó los pies a doce sacerdotes evocando la Última Cena de Jesús con los Apóstoles. La colecta que se recogió ayer en la misa de la Cena del Señor se destinará a las víctimas del tsunami en Japón.

Coliseo iluminado
Hoy Viernes Santo, cuando caiga la noche, en el Coliseo iluminado con antorchas, Benedicto XVI presidirá el rezo del Vía Crucis, uno de los actos más sugestivos de la Semana Santa romana. El Pontífice lo seguirá frente al anfiteatro de Flavio, sobre la colina delante del templo de las Vestales. Él no portará la Cruz, lo harán por él cirineos de distintos países. Sólo la tendrá en sus manos en la última estación. El Santo Padre ha encargado las meditaciones de este año a una religiosa agustina. Se trata de la primera vez que, en los seis años de Pontificado de Ratzinger, las escribe una mujer. Juan Pablo II, que siempre rompió moldes, en los 27 años como sucesor de Pedro se las pidió dos veces a una mujer. La primera fue a una abadesa italiana, una mística del siglo XX a la que llaman la Teresa de Jesús de nuestra época; la segunda vez fue a una monja luterana que, a pesar de no creer en la Virgen, en aquel Vía Crucis volcó el inmenso amor y la ternura de María, la Madre.

Este año, la gran novedad se presenta con una iniciativa singular. A la misma hora de la muerte de Jesús, a las 02.04 horas, la RAI, en Mundovision, trasmitirá las respuestas del Papa a seis preguntas que le han llegado a través del programa religioso A su imagen.

La Radio Vaticana y el diario vaticano L’Osservatore Romano han anticipado algunas de las respuestas que ha dado Benedicto XVI en el programa que se grabó en la biblioteca del Palacio Apostólico el pasado viernes 15 de abril y que Intereconomía Televisión emitirá junto con la cadena italiana.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)

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