¿Quién es el Dalai Lama? Segunda parte. - La Nación Digital

topads

Ads Here
LightBlog

lunes, 5 de septiembre de 2011

¿Quién es el Dalai Lama? Segunda parte.

El Dalai-lama y la Situación del Tíbet

Así titulaba el diario La Prensa del 24-6-1992. Luego de manifestar que “El Tíbet es una parte inalienable del territorio nacional chino, esta realidad histórica nunca ha sido alterada ni negada por ningún gobierno de tantos países del mundo.” Luego agrega que a partir del siglo XIII “el Tíbet ha sido zona administrativa de China en que el gobierno central ha ejercido eficientemente la jurisdicción. De modo que no sólo los líderes religiosos y civiles locales han sido designados por el gobierno central.”
Y continua La Prensa, así: << “El XIV Dalai Lama, Tenzin Gyatso, quien visitó hace poco la Argentina, fue reconocido como sucesor del XIII Dalai Lama en 1937. El Tíbet de aquel entonces y hasta 1956 vivió bajo el sistema de servidumbre feudal caracterizado por la integridad político-religiosa y la dictadura de la nobleza monástica, similar al de Europa en los años medievales. Bajo este cruel sistema con resabios de esclavitud, en que Dalai Lama era líder religioso, más del 95% de los tibetanos eran siervos y esclavos privados de la libertad personal y derechos humanos, que estaban dependientes por toda la vida de los tres principados feudales, la nobleza, el monasterio y la burocracia. A los siervos y esclavos que desobedecían a los principados, se les aplicaban decenas de penas inhumanas, tales como arrancar ojo, cortar nariz y oreja, amputar mano y pie, despellejar, etc. Al reclamo del pueblo y personalidades sensatas tibetanas, se realizó la reforma democrática dirigida por el gobierno central en 1956, eliminando la servidumbre, separando la religión de la política y aboliendo las relaciones de dependencia personal.
Actualmente el Tíbet es una de las cinco regiones autónomas de la Republica Popular China donde funcionan la Asamblea Popular regional elegida por el pueblo y el gobierno de la Región Autónoma que hacen valer la autonomía regional.
Además, el pueblo tibetano participa activamente en la vida política nacional de China, con sus derechos otorgados por la Constitución Nacional a todos los ciudadanos chinos. El estado presta mucha atención y apoyo a la preservación y el desarrollo de la cultura tradicional y la religión tibetanas como tesoro del patrimonio cultural nacional.
Durante el proceso de la revolución china, en 1950 el gobierno central popular recién instalado y los representantes del gobierno local tibetano designados por el XIV Dalai Lama llegaron a un acuerdo de la liberación pacifica del Tíbet, de 17 puntos, en Beijín, a través de consultas. Dalai Lama expresó su conformidad total con el acuerdo. Sin embargo, cuándo las reformas democráticas tocó las prerrogativas feudales y el sistema de servidumbre, el grupo de elite representado por Dalai Lama protagonizó una rebelión bélica con el intento de impedir el proceso de la reforma democrática y salvar el moribundo sistema de servidumbre. Al no salir con la suya, huyó fuera del país. Posteriormente, Dalai lama empezó sus actividades divisionistas de la patria en los ámbitos internacionales, a los fines de internacionalizar el problema del Tíbet, que es simplemente un asunto interno de la República Popular China, y lograr la “Independencia del Tíbet” y la restauración del viejo sistema, aprovechando ciertas fuerzas extranjeras. La política consecuente del gobierno central es dar bienvenida a que termine su vida en exilio, retornando a los senos de la patria, para hacer aportes provechosos a la salvaguardia de la unificación territorial, la unidad nacional y la felicidad del pueblo tibetano. Pero, hasta la fecha, Dalai Lama no ha mostrado su sinceridad al respecto.”

Entonces este criminal dueño de siervos y esclavos, torturador implacable, arrancador de ojos, cortador de narices y orejas, amputador de pies y manos, despellejador de seres humanos en medio de horribles torturas, fue quién profano el recinto sagrado de nuestra Catedral metropolitana, y a la memoria de nuestro Gral. San Martín cuyos restos descansan dentro de dicha catedral.

En síntesis de este pequeño imparcial cotejo de opiniones pueden notarse los siguientes aspectos:
1)      El Dalai Lama es un brutal asesino, tirano medioeval que explota a su pueblo para acumular riquezas, no para la mayor gloria de Buda, sino de millares de monjes budistas. El pueblo del Tíbet vive en la más espantosa miseria.
2)      La religión budista que practica el Dalai no es la pura, auténtica y caritativa religión instaurada por Buda, sino una mezcla de animismo, magia y la primitiva religión Bhon del Tíbet, todo coronado con prácticas degeneradas de sexualidad de acuerdo al rito tántrico de la india.
3)      El Dalai Lama no fue expulsado de China por motivos religiosos, sino políticos por sus actividades de tipo político-gagsters-yankis en contra de China.
4)      La gira del Dalai, en nuestro país Argentina y en otros fue financiada por la CIA, por varios países de América ha tenido carácter político, con barniz religioso para engañar a los siempre ingenuos. Pero en cada país que visitó, como nuestro campero tero, dejó escondido sus huevos de los que brotarán explotadores de la ingenuidad pública para implantar las degeneradas y tántricas prácticas que derruirán, aun más, las endebles estructuras de países libres mientras se condena al hambre al pueblo argentino.
5)      Las brutales torturas, mutilaciones y la esclavitud fue practicado por el criminal Lama que nos visitó.
Finalmente, esta prédica sólo hará una cosa. Aumentará la peregrinación de damas, lesbianas y sres. homosexuales argentinos, quienes concurrirán a la India a tocar y palpar las borlas santas de la vestimenta del Dalai y del Sai Baba y demases gurúes y santones de moda.

No hay comentarios:

© 2011 La Nación Digital /La Nación Digital y la administración se reservan los derechos de opinión y no tienen por que coincidir ni se responsabilizan de las opiniones vertidas por los colaboradores y/o visitantes en el interior de la web. A su vez se reservan los derechos para colaborar con las autoridades en caso de infracción de cualquier artículo del código penal.

Estadísticas lnd