ETA pretende utilizar una tregua para reorganizar su maltrecha estructura.

Todas las fuentes consultadas coinciden en el diagnóstico: la principal pretensión de la tregua que va a anunciar ETA es reorganizarse operativamente. El anuncio, adelantado por LA GACETA en marzo, estaba previsto para antes del verano. Tras varios hechos que lo han retrasado, como el asesinato del gendarme Jean Serge Nerin en marzo o el desmantelamiento de la cúpula de ETA en mayo, ahora es inminente que los etarras decreten su ''tregua permanente y verificable''.

Los terroristas quieren rehacer su maltrecha estructura. Hoy día, según el análisis de los expertos, las comunicaciones entre los etarras son ''peores que nunca'', el número de detenciones se ha multiplicado, la división interna aumenta cada día y los dirigentes de la banda son jóvenes e inexpertos. Por ello, no es extraño que José Luis Eciolaza Galán, Dienteputo, y Eneko Gogeaeskoetxea, líderes de ETA hasta hace unos meses, se hayan marchado a Sudamérica. La razón de esa fuga no es una deserción, como se creyó en un principio, sino que se han quitado de en medio precisamente para trabajar en la reorganización operativa de la banda asesina en un lugar más seguro.

ETA está débil, pero sigue con capacidad para atentar. Así, las fuentes consultadas por LA GACETA desmienten el aserto que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, repite: “ETA no atenta porque no puede”. Igualmente, la banda asesina está demostrando que mantiene capacidad para recaudar dinero (más de 3 millones de euros, según un informe de Mikel Buesa) y para reactivar a sus cachorros de la kale borroka, que estos días están sembrando el terror en las calles del País Vasco. Pero los fanáticos quieren más. Y si consiguen su deseo de reorganizarse lograrán, por ende, fortalecer sus posibilidades de cometer atentados en el futuro.

La negociación
El otro objetivo de la “nueva trampa” de los terroristas es allanar el camino de Batasuna de cara a las elecciones municipales y forales del próximo año. Pero este objetivo, el aterrizaje electoral del entramado etarra, queda supeditado al otro. Al decir de los expertos, la banda asesina sigue teniendo “vocación de permanencia” y, con independencia de lo que consigan o no los batasunos en el terreno electoral, necesita salir de la asfixia que sufre por gentileza de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

El Gobierno espera el movimiento del núcleo duro de la banda mientras sigue dialogando, a través del PSE y con la ayuda de los mediadores internacionales, con los posibilistas de Batasuna. “A la vez, Interior se acerca y utiliza a Batasuna, mientras que Batasuna se acerca y utiliza a Interior”, sostiene un buen conocedor de los entresijos de ETA. Ahí se enmarcan también los premios y castigos de Rubalcaba a los reclusos críticos de ETA y su entorno. Unos reclusos supuestamente encuadrados en ese sector posibilista que repite una y otra vez su apuesta por las “vías políticas” para edificar un “proceso democrático” en ausencia de violencia que lleve a conseguir el derecho de autodeterminación.

Este grupo de pragmáticos dentro del entramado terrorista alumbró e impulsó el documento Zutik Euskal Herria, presentado a mediados de febrero. En el texto, los batasunos dejan claro que su principal aspiración a corto plazo es conseguir unas siglas y listas políticas con las que concurrir a los comicios del año que viene. Para ello, ya cuentan con Eusko Alkartasuna (EA) como socio preferente, e intentan sumar a la causa a Aralar.

Como siempre, la gran incógnita es conocer cuánto hay de real en la división entre ETA y Batasuna. Los expertos no se ponen de acuerdo sobre la profundidad y verosimilitud de la división. Pese a que los tribunales sostienen que ambos son la misma cosa, Rubalcaba se ocupa, a través de manifestaciones públicas y de filtraciones convenientes, de diferenciarlos para ahondar en su división.

La última comunicación pública de la banda terrorista tuvo un carácter más que extraño y que muestra las dificultades operativas por las que pasan los terroristas. Fue el pasado 25 de julio en Ciboure (Francia), durante el homenaje al etarra Jon Anza, fallecido en extrañas circunstancias. Ese día, la banda de criminales manejó su ya habitual ambigüedad y no aclaró qué se propone. En un comunicado leído por uno de ellos, los etarras afirmaron que “Euskal Herria está a punto de vivir un periodo de cambio, para poder recuperar su propia voz”, dijeron apostar por “vías justas y democráticas” –no especificaron cuáles– y adujeron que “el futuro está en manos de los ciudadanos vascos”.

Ante la posibilidad de que una tregua llegue pronto y dados los últimos ataques de kale borroka, el Partido Popular vasco quiso valorar ayer el momento que atraviesa ETA-Batasuna. Antonio Basagoiti restó credibilidad a la apuesta de los batasunos. Según él, el entramado terrorista ha reactivado el terrorismo callejero para que Batasuna se desmarque y pueda colarse en las elecciones del año próximo. Para el líder de los populares, la actitud de Batasuna es una “farsa” que sólo puede creerse “un imbécil o uno que tenga intereses espurios”. Por ello, exigió al Gobierno que no deje que el brazo político de ETA esté en las urnas “bajo ningún concepto”.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)