El PSOE, dispuesto a sacrificar a Patxi López para pactar con el PNV.

Tan sólo dos días después de que el Gobierno socialista mandara un recado, vía El País, a las exigencias de un PNV que se sabe imprescindible para la estabilidad inmediata del Ejecutivo (aceptando la posibilidad de verse abocados a la convocatoria de unas elecciones anticipadas si no pueden asumir las exigencias que se les marquen para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado), José Luis Rodríguez Zapatero confesó desde Shanghai (China) que los nacionalistas vascos representan su interlocución “objetivamente preferente” en las prenegociaciones de las cuentas públicas.

No se trata de una elección del presidente, sino de necesidad. Los seis escaños del PNV en el Congreso de los Diputados son la única opción posible para que el Gobierno saque adelante las cuentas de 2011. Tras la autoenmienda a la totalidad del proyecto político de Zapatero consumada en su decretazo, por el momento, ninguna fuerza de izquierda está dispuesta a seguir la senda del Ejecutivo socialista. Menos aún desde el nacionalismo catalán, donde prácticamente están ya en campaña electoral con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut como telón de fondo.

Según expuso Zapatero desde Shanghai, preparando el terreno ante la opinión pública para lo que llega, está dispuesto a seguir dialogando con el PNV sobre autogobierno, contemplando “todo lo que sean transferencias dentro del marco estatutario y que además incidan en temas económicos y de empleo”. Esto es, avenirse a las mismas demandas y condiciones que rechazó en el Congreso de los Diputados cuando los jeltzales lo expusieron a través de propuestas de resolución tras el último Debate sobre el Estado de la Nación. El PSOE, junto con el Partido Popular, rechazó 13 de sus 15 propuestas (expuestas, junto a otras, en el recuadro adjunto).

Poniendo la venda antes de que llegue la herida, Zapatero ayer también subrayó que la negociación formal que emprenda será “transparente” y, atacando al PP, precisó que esta formación aplicó el artículo 150.2 en la Constitución –algo que él no piensa hacer–. Entonces “quizá era el tiempo de hablar catalán en la intimidad”, ironizó.

Sin embargo, el precio de la estabilidad de un Gobierno se supone más alto que un cupo de transferencias. El presidente del PNV ya planteó tanto al líder del PP, Mariano Rajoy, como a su responsable en el País Vasco, Antonio Basagoiti, su meta del respeto a la lista más votada en los ayuntamientos y diputaciones tras las próximas elecciones municipales y forales. Esto es, asegurarse cuotas de poder como las que hoy mantienen en las diputaciones y algunos consistorios, impidiendo la extensión del cambio que hoy encarna el lehendakari Patxi López a otras zonas de aquella comunidad.

Como se ve, López tenía motivo para sorprender a propios y extraños este verano al declarar que los secretarios generales autonómicos del PSOE “seguramente están preocupados por una situación en la que el PSOE y el Gobierno socialista pueden demostrar más fortaleza, porque la tiene”.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)