FE-JONS Valencia pide la dimisión de Francisco Camps.

La telaraña del «caso Gürtel» es más pegajosa de lo previsto y está empezando a asfixiar a Paco Camps.
No es que el montante de los tan traídos y llevados trajes sea excesivo, sobre todo si lo comparamos con otros «pelotazos» habidos en España durante las últimas tres décadas, sino porque todo parece indicar que el sucesor de Eduardo Zaplana en la presidencia de la Generalitat valenciana, ha mentido como un bellaco, y el cohecho —aceptar presentes o regalos indebidamente, aunque no haya habido contraprestación, según reza el Código Civil— parece más que obvio en este caso.


¿Sólo por esto Camps debería hacer las maletas y marcharse? Sí, y no tiene razón alguna María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, cuando este pasado fin de semana ha declarado, refiriéndose directamente al asunto, que «está muy claro que nos encontramos más ante un tema más de acoso político y mediático de un personaje del PP, que de otra cosa».
El «caso Gürtel», les guste o no a Camps, De Cospedal y toda la mesocracia de la derechona, es «otra cosa» y esa «otra cosa» apesta más de lo debido, porque no estamos ante una partida de anchoas del Cantábrico o un ramo de gardenias, sino que el juez instructor del caso en Valencia, José Flors, y, sobre todo, la fiscalía, están convencidos que en los bolsillos de los dichosos trajes se esconde algo más gordo cuyo nombre y apellidos conocemos todos: Orange Market, una empresa que ha estado amarrada durante años a las ubres del erario público valenciano de manera absolutamente irregular.
Camps, y con él Ricardo Costa, Víctor Campos y Rafael Betoret, tienen que salir de la política, hoy mejor que mañana, sin que eso signifique que podamos quitarnos aún la pinza de la nariz.



Fuente: Web de FE-JONS (www.falange.es)