Marruecos se aprovecha de la debilidad e incompetencia de Zapatero.

Madrid, a 14 de agosto de 2010 | La actual crisis en la frontera de Melilla es una consecuencia más de la absoluta descomposición en la que se halla sumido el gobierno de Zapatero. Cuando el ejecutivo de una nación carece de liderazgo y de principios rectores firmes, todos los enemigos externos e internos aprovechan para sacar tajada.



Antes de Marruecos, los separatistas ya han arrinconado al gobierno con el vergonzoso tema del estatuto catalán.



Antes de Marruecos, otro país “amigo”, el Reino Unido de la Gran Bretaña, se ha estado dedicando a lanzar a buques de la Royal Navy a acosar sin descanso a las patrulleras de la Guardia Civil que tratan de impedir que los traficantes de drogas y los contrabandistas utilicen aguas territoriales españolas para desembarcar sus mercancías en esa cueva de traficantes y especuladores que es la colonia británica de Gibraltar. Una ciudad que prospera sólo a base de negocios sucios y al margen de toda la legalidad internacional. El gobierno británico, también ha sabido aprovecharse de la debilidad e incapacidad del clan de Zapatero para apropiarse de las aguas circundantes al Peñón de Gibraltar, que no son aguas territoriales británicas.



Ahora le toca el turno a Marruecos, “nuestro buen amigo del Sur”. El déspota Mohamed VI está intentando presionar al confundido gobierno de España. Como de costumbre, el objetivo a medio plazo no es otro que debilitar la soberanía española en Ceuta, Melilla y los territorios españoles en la costa africana.



El papelón del rey, llamando al sátrapa marroquí para implorarle el fin del hostigamiento a Melilla, ha resultado patético y tan sólo ha servido, como era de prever, para encorajinar aún más al monarca alauí, defensor de los creyentes, descendiente del profeta y lacayo de los Estados Unidos.



Ahora se anuncia la visita de pleitesía de Rubalcaba a Marruecos para solucionar la crisis. Nos tememos lo peor. La crisis se solucionará, seguro, pero ¿a cambio de qué? De una nueva vuelta de tuerca de los marroquíes en su cerco a Melilla.



El Frente Nacional entiende que el gobierno de España debería exigirle a Marruecos que cesase de inmediato en su bloqueo a la entrada de mercancías en Melilla. Y que de no acceder de inmediato, como primera medida, España le re expediría a Mohamed VI a los ochocientos mil marroquíes que tenemos en España lastrando nuestro mercado de trabajo y aprovechándose de nuestros servicios sociales, los mismos que su corrupta monarquía feudal no ha sido capaz de implementar en Marruecos. Como segunda medida, cabría la amenaza de un bloqueo naval de Tánger o Tetuán.



Y, además, hay que cerrar a cal y canto la verja de Gibraltar.




Fuente: Web del Frente Nacional (www.frentenacional.es)