Rubalcaba cede ante Marruecos y saca a las mujeres policías de la frontera.

En su constante intento de no molestar a Marruecos, el Gobierno español ha comenzado a ceder a las presiones provocadas desde el otro lado de la frontera con Melilla. Así, si estos últimos días las quejas de activistas marroquíes han venido por la presencia de mujeres en los controles policiales, la Dirección General de la Policía –dependiente del Ministerio del Interior– ha decidido que la solución pasa por quitarlas del puesto fronterizo. “Las están retirando paulatinamente, las mandan al puerto, al aeropuerto o a segunda línea”, asegura un veterano policía conocedor de la situación actual en Beni-Enzar. No lo hacen por iniciativa propia, explica, “son mujeres muy trabajadoras y profesionales que están aguantando el chaparrón pero que no tienen más remedio que cumplir órdenes”, añade.

Es “una decisión equivocada”, asegura el portavoz de la Confederación Española de la Policía (CEP), Lorenzo Nebreda, quien lleva días exigiendo que el Gobierno respalde y apoye la labor de sus compañeras en la frontera. Nebreda explica la molestia que supone para algunos marroquíes que una mujer les pare y les abra el maletero porque “lo entienden como una provocación” y, más aún, cuando algunas de esas mujeres que se han incorporado en los últimos meses son de religión musulmana. Pero la solución no pasa por retirarlas de una función que la mayoría de ellas quiere seguir desempeñando.
Fuentes policiales de Melilla apuntan además que, “aunque es cierto que no les gusta que las mujeres les identifiquen, en realidad ellas llevan varios meses en la frontera y no ha habido ningún problema hasta ahora. Así que está claro que algo hay detrás”. La CEP coincide con esta idea. Nebreda asegura que “se está utilizando a las mujeres como argumento para su principal objetivo, que es reabrir el conflicto por algún motivo que nosotros desconocemos pero que el Gobierno sabe”.

Permiso de Rabat
Nadie pretende que las relaciones con Marruecos sean tensas pero en Melilla ya existe cierta “apatía” hacia la actitud del Gobierno y su “falta de defensa ante estas provocaciones”. Especialmente entre los policías que trabajan en la frontera de Beni-Enzar porque “se sienten impotentes” cuando a 30 centímetros de ellos, en lo que se conoce como tierra de nadie, se cuelga un cartel mofándose de sus compañeras y “por órdenes superiores no pueden alargar el brazo y arrancarlo”.
Esa tierra de nadie es, en la práctica, cada vez más tierra de Marruecos. Allí están instalados desde hace días dos activistas que utilizan este espacio para atender a los medios. Las fuentes policiales se muestran convencidas de que “son dos marionetas del Gobierno de Rabat porque en Marruecos no se mueve nada sin su permiso. Es iluso pensar que actúan por su cuenta. Son dos delincuentes que luchan por los intereses de su país”, añaden.
El portavoz de la CEP asegura que, “si viene Rubalcaba y hay una contraprestación económica, un posicionamiento de alguna postura política con relación al Sáhara o a Argelia, seguro que cesan los ataques y las críticas”. Otras opiniones apuntan en el mismo sentido: “Hay algo que quieren de nosotros: o que se renueve el Tratado de Pesca, o que los integremos en la UE para meter sus frutas o que les demos dinero para inmigración”. Estas sospechas se fundamentan en episodios parecidos del pasado. Recuerdan “las avalanchas” en las vallas fronterizas y que “aquella vez se solucionó en cuanto España destinó algunos millones de euros de los presupuestos que la UE le daba para inmigración”. Así que “esto no es nada nuevo”. “Lo que todos creemos aquí es que Rabat va a pasarle la factura a Rubalcaba y él decidirá si la paga o no o si la va a pagar a plazos”, concluyen.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)