Haz lo que digo pero no lo que hago ¿Apretarse el cinturón? Según difundían hoy algunos medios, la banca europea recibió un total de ayudas públicas de 1,6 billones de euros entre octubre de 2008 y diciembre de 2010 procedente de los países de la Unión Europea . Dichas ayudas suponen nada más y nada menos que un 13 % del Producto Interior Bruto (PIB) europeo. Mientras todo esto ocurría, el apoyo público a la economía real cayó en 11.700 millones el año pasado, lo que supone un descenso de prácticamente un 50% respecto a 2009.
La elocuencia de estas cifras vuelven a poner el dedo en la llaga en el escarnio significado en el hecho de que aquellos que nos sumergieron en la ruina sean los premiados…¡con nuestros impuestos! Recortes en sanidad, educación y obras públicas, por mencionar tres de los sectores más señalados por los ajustes, serían innecesarios de aplicarse la coherencia con la banca privada y esas Cajas intervenidas hasta el tuétano por poderes tan privados como el de los partidos políticos, pues no existe razón alguna para que los Estados dispongan del erario público para reflotar gestiones de tan escasa repercusión en el bienestar social como la de la banca. De hecho ya son muchos los europeos que nos preguntamos el porqué esas nacionalizaciones de facto, apuntaladas en el mismo dinero público que se nos escamotea a los ciudadanos para servicios sociales de primera necesidad, no derivan en un compromiso de los bancos intervenidos para hacer fluir el crédito o aceptar la Dación en Pago para ayudar a paliar a sus benefactores, los ciudadanos, la crisis sobrevenida por la opacidad codiciosa de su mala gestión.
Préstamos sin límite para la banca, crédito cero para los europeos bajo el techo de un Estado social lleno de goteras. Ese es el mandato y Mariano será obediente. Para Rajoy lo primero es la economía; cabe temer que solo la de los suyos. También dice Rajoy que el primer problema a acometer por su Gobierno será el paro; nos maliciamos que será a costa de derechos irrenunciables para la dignidad del trabajador. Las taifas autonómicas, las subvenciones a partidos políticos, patronal y sindicatos, y naturalmente, el confort del poder financiero especulativo, continuarán descansando sobre los lomos de los españoles, incluidos en los de esos cinco millones de parados para los que dicen que no hay dinero. Seguramente porque su dinero cotizado ya se gastó en echar una mano a los pobres bancos.
Si el dinero público es bueno para los bancos, el servicio de éstos también debe ser público
Fuente: Web de FE-JONS (www.falange.es)
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