Contando ovejas: "El pucherazo ruso"

Se puede decir que la noticia “estrella” de estos últimos días ha sido la polémica surgida en torno al resultado de las elecciones de Rusia y al posible “pucherazo” llevado a cabo por Rusia Unida, el partido liderado por Vladimir Putin.
En el plano ideológico, tengo entendido que el partido Rusia Unida siempre ha llevado a cabo una postura ambigua, posicionándose en el centro para tratar de abarcar a la mayor parte posible de la población y obtener así mayores resultados electorales (y por lo que parece la estrategia, hasta el día de hoy, le ha salido bien).
Como curiosidad sobre la política rusa, no deja de ser sorprendente el hecho de que sean los comunistas la segunda fuerza de la nación, a pesar de la caída del régimen soviético que resultó ser el mayor genocida de la Historia de la Humanidad.

Analizando el asunto del “pucherazo”, no deja de llamar la atención que sea Estados Unidos quien más se esté encargando de airear y denunciar los hechos. Está claro que no podemos saber, a ciencia cierta, qué ha pasado en Rusia; sin embargo, tampoco debemos olvidar que Rusia y Estados Unidos han seguido teniendo sus roces pese a la caída de la Unión Soviética y el final de la Guerra Fría y, últimamente, han mantenido su polémica habitual por los escudos antimisiles que Estados Unidos ha conseguido implantar en varios países europeos (entre ellos España; cuyo Gobierno nos ha querido vender a los ciudadanos la “bondad” del imperialismo norteamericano).

Si Estados Unidos de verdad quisiera defender las libertades y los archiconocidos derechos humanos de las personas de todo el mundo debería centrar sus objetivos en el tiránico régimen de China y en los múltiples caudillitos tribales que campan por África a sus anchas. Pero, como todos sabemos, la oligarquía mundial que controla el arsenal bélico de Estados Unidos jamás actuaría contra los mismos gobiernos que la mantienen en el poder a costa de explotar y asesinar diariamente a miles de personas.

No sé si en Rusia habrá habido el famoso “pucherazo”. Lo que está claro es que Estados Unidos y los gobiernos de otros países no son los más indicados para denunciar algo así.
Por ejemplo, en España tenemos los tristes acontecimientos del 11 de marzo de 2004: pese a lo que burlonamente puedan decir muchos, el PSOE sí que tuvo algo que ver en todo lo sucedido… no hay más que ver cómo lo aprovechó durante la jornada de reflexión de aquellos comicios. Y antes del famoso 11-M tenemos el también conocido 23-F, en el que los altos cargos de los partidos políticos tuvieron pleno conocimiento de lo que se cocía (y si no, que nos expliquen por qué Armada se presentó con una lista de un gobierno provisional en el que había políticos del PSOE).

Nuevamente, ha quedado demostrado que la democracia es un mito en el que tan sólo siguen creyendo los intelectos similares al de los ovinos que, pese a la oposición de los ecologistas, nos comemos todos los días con mucho gusto.



Gabriel García