El Gobierno aprobará la reforma laboral por decreto.

El Gobierno ha establecido un calendario de prioridades, que incluye una nueva reforma del mercado laboral, cuyo texto quiere enviar al Congreso de los Diputados en el primer trimestre del año. Y no parece dispuesto a ampliar sine die los plazos para que sindicatos y patronal consensúen una propuesta.

Esta semana es clave para alcanzar un acuerdo. Una vez superada la festividad de Reyes, el final del plazo inicialmente marcado por el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, para ultimar un pacto, los agentes sociales trabajan con la mente puesta en el próximo viernes, ya que el presidente habló más tarde de agotar la primera quincena de enero.

La última negociación de calado entre UGT, CC OO y las patronales CEOE y Cepyme tuvo lugar en el primer semestre del año pasado con el objetivo de modificar la negociación colectiva. Tras sufrir numerosos aplazamientos y estar a “un cuarto de hora” de firmar un acuerdo –según reconoció el secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo–, no hubo consenso y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero optó por decretar un nuevo texto.

En esta ocasión, los agentes sociales llevan un mes negociando, desde que Rajoy mantuvo reuniones bilaterales con cada una de las partes el 30 de noviembre y les encomendó trabajar en una nueva propuesta para impulsar una reforma laboral.

Aunque en este tiempo ha habido acercamiento en determinados puntos (mutuas, absentismo, resolución extrajudicial de los conflictos y cambio de festivos), todo parece indicar que llegarán al día 13 sin un acuerdo global. Fuentes de la patronal madrileña CEIM sostienen que la CEOE no aceptará las propuestas sindicales.

Una de las principales divergencias se centra en los salarios. Las centrales se han mostrado dispuestas a pactar subidas por debajo de la inflación este año y el próximo con una compensación en 2014, pero la patronal exige una congelación de sueldos en esos dos ejercicios.

También existe una gran distancia en el capítulo de contratación. La organización presidida por Juan Rosell apuesta por reducir los modelos de contrato y rebajar el despido. El líder de UGT, Cándido Méndez, también expresó la semana pasada su disposición a permitir una mayor flexibilidad de los convenios colectivos, pero no en la medida que requiere la CEOE, que exige un descuelgue sin el consentimiento previo de los sindicatos.

Si no hay acuerdo, el Ejecutivo impondrá su propia reforma, como ya les advirtió Rajoy. Seguirá así los pasos del Gobierno de Zapatero, que aprobó una reforma laboral en junio de 2010 y otra de la negociación colectiva un año más tarde sin el apoyo de los agentes sociales. Ambas modificaciones han resultado insuficientes por su tibieza y falta de valentía, según critican expertos del mercado laboral.
Reuniones

Si finalmente cierran un acuerdo, aunque sea de carácter parcial, ambas partes no podrán firmar ningún documento esta semana. Antes deben informar a sus respectivos órganos directivos. Los sindicatos lo harán a principios de la próxima semana y la CEOE reunirá su junta y comité ejecutivo el 18 de enero.



Fuente: La Gaceta (www.intereconomia.com)