La Constitución Española de 1978 es una construcción jurídica muy deficiente. No es necesario acudir a los más prestigiosos constitucionalistas para afirmarlo. Basta comprobar cómo muchas de las aspiraciones que en su texto se establecieron no se han visto cumplidas 33 años después de su promulgación. Y es evidente que, si una ley no consigue implantar en la sociedad los valores que pregona, no sirve.Los falangistas intuíamos esto ya en 1978. Por eso promovimos el voto contrario a la misma. Pero no por ello dejamos de reconocer como positivo buena parte de su contenido. Especialmente su fundamentación en la indisoluble unidad de la Nación española, el reconocimiento del derecho a la vida, al trabajo, a la vivienda, a la propiedad de los medios de producción por los trabajadores, etc.
Un contenido que debe ser ahora reforzado y puesto en valor mediante una profunda reforma que asegure el cumplimiento de dichas disposiciones y que imposibilite en la prática un desarrollo normativo contrario a estos valores, tal y como sucede actualmente con la ley del aborto, los estatutos de autonomía o la legislación laboral.
FE JONS reclama una reforma constitucional para rediseñar el Estado suprimiendo las costosas e ineficientes autonomías; una reforma para garantizar nuestra soberanía frente a los organismos y los poderes económicos internacionales; para avanzar en un modelo económico más justo y más humano que el actual; para no dejar la sucesión en Jefatura del Estado al capricho de la genética. Queremos una Constitución preparada para resistir los embates del separatismo, que asegure la unidad nacional y el derecho a la vida desde su concepción y hasta su muerte natural.
FE JONS quiere una Constitución para España y para los españoles, no para los mercados. Fuente: Web de FE-JONS (www.falange.es)




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