Soldados de Salamina.

Anoche emitieron en la 2 de Televisión Española la película “Soldados de Salamina”, basada en el libro del mismo título.
Como suele pasar normalmente, el paso del libro al cine provoca algunos cambios, como el del protagonistas (en el libro es el propio escritor y en la película es una escritora, ya que se adaptó el guión para que la novia del director pudiera participar como protagonistas) y, como es normal en la época de hoy, la introducción de elementos marcadamente progresistas, como el hecho de que la amiga de la protagonista sea lesbiana.
Antes de ver la película ya me imaginaba lo que me podía encontrar. Una película española de los tiempos actuales basada en la Guerra Civil…pero reconozco que en algunos momentos era mínimamente neutral.
Por cierto, el título hace referencia a que los falangistas se consideraban los defensores de su civilización frente a la destrucción del enemigo (en este caso el marxismo), de la misma manera que lo habían hecho los griegos en sus luchas contra los persas. Frecuentemente esto lo dicen con desprecio los sectores políticamente correctos de España, pero es algo cierto. ¿Quién si no salvaría a España si no?.
La película comienza con una escritora que sufre bloqueo literario, falta de inspiración a la hora de escribir. Se llama Lola Cercas y trabaja como profesora en una universidad catalana. Colabora en un periódico donde le encargan escribir un artículo sobre la Guerra Civil, y ella lo escribe basándose en la figura de dos escritores, Antonio Machado y Rafael Sánchez Mazas, para mostrar lo sucedido a personajes de ambos diferentes.
Especialmente emotiva fue la descripción del viaje que Manuel Machado hizo a Francia al enterarse de la muerte de su hermano y su madre a los pocos días de exiliarse de España tras el final de la Guerra Civil.
Cuando se despierta a la mañana siguiente y acude a recoger el correo, Lola se encuentra con cartas donde la critican que en el mismo articulo compare a Antonio Machado con el “fascista” de Rafael Sánchez Mazas. Pero una de ellas le dice que conoce a personas que le pueden hablar de los que ayudaron al escritor falangista a sobrevivir.
Lola acude a una cita donde un hombre, lector de su primer libro, le da la dirección de un conocido suyo cuya familia ayudó al escritor.
A partir de ahí, entrevistándose con diferentes ancianos de la zona donde transcurrieron los hechos, va recreándose la historia.
Rafael Sánchez Mazas, escritor y falangista, era amigo personal de Jose Antonio Primo de Rivera y uno de los miembros fundadores de Falange Española.
En la película se dice muchas veces que es el “ideólogo y fundador de la Falange”, cuando la labor de Sánchez Mazas solo fue la de ayudar a Jose Antonio en la formación nacionalsindicalista. Además, el termino “la Falange” sería erróneo, ya que en la lengua castellana queda muy mal poner un articulo delante de un nombre propio.
Sánchez Mazas había sido detenido en Barcelona en 1938 por los republicanos, y había pasado un año en el buque Uruguay, donde se hacinaban multitud de presos nacionales.
Esto ha sido algo que me sorprendió mucho, que en una película moderna sobre la Guerra Civil saquen cosas así del bando republicano, cuando lo normal es que digan que ellos fueron muy buenos.
Antes he dicho que a ratos era mínimamente neutral. Y si, lo es mínimamente por que el mensaje que lanza la película es el de “nosotros hicimos cosas malas, pero vosotros aun más”.
En los días previos al fin de la guerra, Sánchez Mazas fue llevado con otros prisioneros del bando nacional para ser fusilados. El resto de los prisioneros había tenido la esperanza de que, al ir alguien importante con ellos, serían canjeados.
Cuando comienza el fusilamiento, Sánchez Mazas se agacha, y mientras el resto de fusilados agonizan en el suelo, huye en dirección al bosque.
Aquí transcurre el hecho que marca toda la película. Mientras Sánchez Mazas está escondido entre unos árboles, un miliciano le encuentra, pero cuando preguntan si hay alguien ahí, este responde que no, y le deja con vida.
A partir de aquí, Lola inicia la búsqueda del miliciano que dejó con vida a Sánchez Mazas, quien tras huir de la zona, encontró gente que le ayudara a llegar hasta los nacionales y contó que el mismo miliciano que le perdonó la vida fue quien les había hecho reír días antes en mucho tiempo bailando bajo la lluvia “Suspiros de España”.
Durante toda la búsqueda sobre información acerca de Sánchez Mazas, Lola escucha la critica de un librero que le dice: ¿desde cuando te interesan estos escritores?. Parece ser que por ser falangista se es peor escritor, al menos eso parece que piensan algunos.
Una vez hecha toda la recreación de la odisea sufrida por el escritor falangista, Lola comienza a buscar al miliciano.
Casualmente, al leer la redacción de uno de sus alumnos, cree haberlo encontrado. El alumno le dice que se llama Miralles y reside en Francia.
Tras una complicada búsqueda, y pese a que el antiguo miliciano no quiere hablar con ella, Lola marcha hacia Dijon para entrevistarse con él.
Allí este le dice que jamás nadie la ha dado las gracias por luchar por su país. Además de la Guerra Civil Española, había luchado en África con los franceses contrarios a la Francia de Vichy y había sido de la división que había entrado en la liberación de Paris.
A esto he de responder que nadie debe luchar por su país por que se lo reconozca, sino por deber moral. “No hay nada mas bello que morir por la Patria”, dice un proverbio romano.
Claro está que es justo que si alguien arriesga su vida por su país se le reconozca su valor, pero este pensamiento no debe de poseerlo ninguna patriota serio.
Al final de la película, Lola pregunta a Miralles si fue él quien dejó vivo a Sánchez Mazas. Este le dice que no, pero queda la interrogante de si miente o dice la verdad, aunque todo parece indicar que si que fue él.