En el “maravilloso” escenario político del “mundo libre”, aplicándolo al caso español, han vuelto a surgir los dos famosos “bandos” que han dominado la escena durante las últimas décadas: el de los “buenos” (aquellos que se creen “de izquierdas”, derrotados electoralmente por el silencio de sus opositores y la incompetencia de su anterior gestión) y el de los “malos” (los guardianes del recorte que han llevado a cabo, con bastante éxito, su particular “guerra de desgaste” mediante la cual dejaban hablar, para que mostraran su imagen de desesperados, a los del otro bando).
En resumen, este ha sido el panorama de la “democracia española” (y subrayo los dos términos porque ni vivimos en una democracia ni es española; ¿o desde cuando se es libre por votar a partidos políticos que deciden todo por nosotros o por vivir sometidos a la tiranía de la especulación capitalista?).
Como era de esperar, las medidas de los “malvados” salen a la luz tras su victoria en los comicios generales: el coto de poder de Castilla La Mancha, ahora en manos del Partido Popular tras décadas de dominio socialdemócrata, ha iniciado su campaña de recortes a los funcionarios (quienes, por otra parte, han vivido estos años mejor que el resto de los españoles, exceptuando a políticos, banqueros y futbolistas).
Todos sabemos lo que le gusta al Partido Popular eso de meter la tijera y cortar a diestro y siniestro. Sin embargo, en esta ocasión, la autodenominada “izquierda de los trabajadores” ha sido quien le ha dado la excusa perfecta. Es como si una persona quema una hoguera la noche de San Juan y le pide a un pirómano que encienda el fuego.
Nunca pretenderé justificar las acciones del Partido Popular. En este caso, me limitaré a decir que, desde un punto de vista económico-capitalista, está haciendo algo razonable.
Pero no es el Partido Popular quien me ha animado a escribir.
PSOE e Izquierda Unida, las dos formaciones que se creen “de izquierdas” con mayor militancia y apoyo social en España, ya están llamando a salir a la calle. Y yo me pregunto por qué eso no se hizo años antes, cuando hubiera sido más oportuno y ante un Gobierno que, no se nos olvide, era “de izquierdas”. Tan sólo la coalición donde se encuentra integrado el Partido Comunista de España mostró su apoyo a los “indignados” del 15-M… y todos sabemos que porque una victoria electoral de los liberales les iba a recortar su chiringuito político. Tras el 15-M, y es algo que perdura hasta ahora, los sindicatos de clase afines a PSOE e IU han dirigido y controlado las manifestaciones y huelgas en el sector de la enseñanza pública.
Nuevamente, las masas humanas han sido convertidas en un rebaño. ¿Es que acaso no se ha estado igual con el PSOE que con el PP? Quitando las evidentes diferencias de la financiación del libertinaje por parte del PSOE y de la economía de libre mercado por parte del PP, me cuesta creer que haya personas que sigan diciendo que esos dos partidos burgueses y capitalistas no son iguales. ¡Pero cómo no van a serlo! ¡Pero si es la banca privada quien gana siempre, mande quien mande de los dos!
Yo no quiero ser uno más del rebaño. El aclamar sectariamente las directrices de un partido no es lo mío. Tengo principios y moral. Por lo tanto, llamo a todos aquellos que se encuentren descontentos con los partidos políticos, la democracia liberal y el capitalismo a rebelarse en lo personal y a buscar alternativas políticas… por supuesto, el anarquismo y el marxismo no son válidas porque ambas defienden una nefasta concepción del mundo y de la sociedad que elimina las diferencias que enriquecen los diversos aspectos culturales de la especie humana.
¡La libertad y la salvación se encuentran en la tercera vía!
Gabriel García
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